Gretel ha sido la artista.
Así como manejó su vida también fue conduciendo su obra.
Para ella lo importante era saber cómo se planteaba el día, si soleado para pasear o para quedarse en casa. Entonces comenzaba a darle sus propios colores, con desenfado y soltura. Es más fácil pintar y dibujar los sentimientos de todo lo que se ve, se ama o se siente de la forma más simple y eso se une al placer que ello nos dé.
Entonces la pintura es única y original, son sus sentimientos, son sus fantasías.
¿Quién ha dicho que el sol solamente puede ser amarillo, que las palomas no nacen del arco iris y los caballos no pueden ser azules? ¿Conoceremos todos los colores de un amanecer?
Gretel nos plantea un desafío: ¿seremos capaces de reconocer en todo lo sencillo, ingenuo e inocente el mensaje que ello puede dejarnos?